Proteína WAS y sus mutaciones
La proteína causante del síndrome de Wiskott-Aldrich fue identificada en el 1994, y desde entonces se han hecho cuantiosos estudios acerca de su funcionalidad y del efecto de las mutaciones que presenta sobre las diversas enfermedades en las que está relacionada.
Denominada WASp ( Wiskott-Aldrich Syndrome protein) se considera que cumple un rol esencial en la señalización y la conformación de la estructura celular, dos funciones claves para comprender los síntomas del WAS. Se expresa primordialmente en las células hematopoyéticas (las células madre a partir de las cuales se generan el resto de células de la sangre)
Las mutaciones en esta proteína, codificada por el gen WASP del cromosoma X, provocan cambios estructurales en la propia, lo que hace que sus funciones estructurales se vean truncadas.
Los grupos celulares donde dicha funcionalidad truncada afecta con mayor intensidad son en los trombocitos (también conocidos como plaquetas), células de la sangre encargadas entre otras cosas de la coagulación y de la formación de factores de crecimiento. El otro grupo se corresponde a las células del sistema inmunitario, las encargadas de la defensa del organismo.
Denominada WASp ( Wiskott-Aldrich Syndrome protein) se considera que cumple un rol esencial en la señalización y la conformación de la estructura celular, dos funciones claves para comprender los síntomas del WAS. Se expresa primordialmente en las células hematopoyéticas (las células madre a partir de las cuales se generan el resto de células de la sangre)
Las mutaciones en esta proteína, codificada por el gen WASP del cromosoma X, provocan cambios estructurales en la propia, lo que hace que sus funciones estructurales se vean truncadas.
Los grupos celulares donde dicha funcionalidad truncada afecta con mayor intensidad son en los trombocitos (también conocidos como plaquetas), células de la sangre encargadas entre otras cosas de la coagulación y de la formación de factores de crecimiento. El otro grupo se corresponde a las células del sistema inmunitario, las encargadas de la defensa del organismo.
WASP en plaquetas
La proteína WASp se ha vinculado a los procesos de polimerización de actina en las células, un tipo de proteínas encargadas de mantener la estructura de la célula y organizar sus compartimientos mediante la formación de su esqueleto. Fallos en este esqueleto no solo pueden conducir a un malfuncionamiento, sino también a un fallo en el transporte de las plaquetas.
La trombocitopenia, uno de los síntomas destacados del WAS, es efecto de esta malformación estructural de las plaquetas, que presentan una estructura incorrecta y son por consiguiente eliminadas en el bazo debido a su funcionamiento erróneo. Es por este motivo que uno de los tratamientos iniciales que se llevan a cabo en enfermos de WAS es la esplenectomía, un procedimiento a través del cual se remueve el bazo del paciente con el objetivo de aumentar el número de plaquetas en circulación en la sangre.
La trombocitopenia, uno de los síntomas destacados del WAS, es efecto de esta malformación estructural de las plaquetas, que presentan una estructura incorrecta y son por consiguiente eliminadas en el bazo debido a su funcionamiento erróneo. Es por este motivo que uno de los tratamientos iniciales que se llevan a cabo en enfermos de WAS es la esplenectomía, un procedimiento a través del cual se remueve el bazo del paciente con el objetivo de aumentar el número de plaquetas en circulación en la sangre.
WASp en células inmunitarias
El sistema inmunitario es otro de los grandes afectados por las mutaciones de WASp, ya que se corresponde prácticamente en su totalidad por células procedentes de las células madre hematopoyéticas.
Los defectos de la WASp que conducen a malformación y malfuncionamiento de la proteína afectan, al igual que en el caso de las plaquetas, a la polimerización de la actina, a la estructura celular y a la señalización celular. Mutaciones en la WASp producen una función inmunológica defectiva en la mayoría de células del sistema inmune, incluyendo los linfocitos T, los linfocitos B, los monocitos, macrófagos, células dendríticas y granulocitos.
La mayoría de estas deficiencias se debe no únicamente a problemas en la estructura celular, sino también a graves errores en los procesos de migración celular o de formación de sinapsis.
El sistema inmune se conforma de un entramado de células que se comunican entre ellas en el momento de la infección. Algunas de ellas, como por ejemplo las células dendríticas o los macrófagos, se encargan una vez entran en contacto con un patógeno de presentarlo al resto de células de defensa del organismo.
Estas células dendríticas actúan activando a los linfocitos T, que son los encargados de reclutar otras células capaces de luchar contra el patógeno así como también activar los linfocitos B, productores de los anticuerpos, la defensa especializada de la célula contra las infecciones de agentes externos.
Este es tan solo uno de los tantos ejemplos de relaciones que hay entre las células del sistema inmune, un ejemplo que sirve para demostrar la existencia de este entramado de conexiones y sinapsis sin las cuales las defensas del organismo se ven altamente afectadas.
En el caso del síndrome de Wiskott-Aldrich, además de la migración celular y de la estructura de las unidades inmunitarias, la incapacidad de la WASp de polimerizar actinas hace que sea imposible presentar las estructuras adecuadas para reconocer los patógenos o transmitir el mensaje de alerta, lo que conduce a inmunodeficiencias y al elevado riesgo de infecciones que supone dicha enfermedad.
Los defectos de la WASp que conducen a malformación y malfuncionamiento de la proteína afectan, al igual que en el caso de las plaquetas, a la polimerización de la actina, a la estructura celular y a la señalización celular. Mutaciones en la WASp producen una función inmunológica defectiva en la mayoría de células del sistema inmune, incluyendo los linfocitos T, los linfocitos B, los monocitos, macrófagos, células dendríticas y granulocitos.
La mayoría de estas deficiencias se debe no únicamente a problemas en la estructura celular, sino también a graves errores en los procesos de migración celular o de formación de sinapsis.
El sistema inmune se conforma de un entramado de células que se comunican entre ellas en el momento de la infección. Algunas de ellas, como por ejemplo las células dendríticas o los macrófagos, se encargan una vez entran en contacto con un patógeno de presentarlo al resto de células de defensa del organismo.
Estas células dendríticas actúan activando a los linfocitos T, que son los encargados de reclutar otras células capaces de luchar contra el patógeno así como también activar los linfocitos B, productores de los anticuerpos, la defensa especializada de la célula contra las infecciones de agentes externos.
Este es tan solo uno de los tantos ejemplos de relaciones que hay entre las células del sistema inmune, un ejemplo que sirve para demostrar la existencia de este entramado de conexiones y sinapsis sin las cuales las defensas del organismo se ven altamente afectadas.
En el caso del síndrome de Wiskott-Aldrich, además de la migración celular y de la estructura de las unidades inmunitarias, la incapacidad de la WASp de polimerizar actinas hace que sea imposible presentar las estructuras adecuadas para reconocer los patógenos o transmitir el mensaje de alerta, lo que conduce a inmunodeficiencias y al elevado riesgo de infecciones que supone dicha enfermedad.
Imágenes
1.Ariga T. Wiskott-Aldrich Syndrome; An X-Linked Primary Immunodeficiency Disease with Unique and Characteristic Features Review Series: Primary Immunodeficiency and Related Diseases
2.Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Illu_blood_cell_lineage.jpg
3.The Muslim Times. http://www.themuslimtimes.org/2011/12/science-and-technology/researchers-develop-method-to-form-blood-platelets-from-stem-cells
4.Grupo Argon. Tema 3.- FISIOLOGIA DE LA COAGULACION
5.Atlas de Histología Vegetal y Animal. La célula. http://webs.uvigo.es
6.http://www.uic.edu/uic/